24 febrero 2006

Cuestión de fe (2)

Mi hijo ha salido preocupado del colegio. Les han contado que la avalancha de Filipinas ha sepultado un colegio con más de doscientos escolares y cuarenta profesores. Mi hijo prefiere pensar que ahora juegan en el patio cubiertos por un firmamento de chocolate, como hacemos nosotros con una linterna, debajo del edredón.

Marcinkus también ha muerto. Causó un agujero de 1400 millones de dólares que sacó del Vaticano para luchar contra el comunismo y vete a saber tú contra qué más. La Justicia italiana se pasó años reclamando al Papá la entrega de Marzinkus para juzgarlo, pero Juan Pablo II se lo negó más que Judas a Jesús. Quizá el Juan Pablo II explicó la corrupción del cardenal financiero como se explica la santísima trinidad. El caso es que Marcinkus terminó retirado en EE UU jugando plácidamente al golf hasta anteayer, que se murió. Me pregunto si habrá hecho acto de contricción. El Papa sí lo hizo, o simplemente cambió su pecado por el de Ali Agca.

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