17 enero 2005

El viaje de los 15.000 li

Un día cualquiera de este próximo febrero, cuando llegue el viento del Este, Sofía alzará la vista y verá dos caras observándola. Aprenderá en un instante -el mismo en que florece el epífilo de pétalos anchos- que el calor de esas manos al tomar la suya será para siempre. Un proverbio chino dice que siembres tu propio árbol para cuando no puedas subir a tu hijo sobre tus hombros. El árbol de Mario y Cris crece como la flor del loto surge limpia sobre el lodo. Crece y crece, Sofía; y ríe, alondra, ríe fuerte para que te oigan las montañas de Zhongnan.