22 agosto 2006

22 de agosto de 1900

Es una foto durante la Semana Santa de 1969, por tanto mi abuela casi había cumplido 69 años. Es la segunda empezando por la izquierda. Le sigue la tía Pepa y su madre, La Male, que no eran tías, sino vecinas. La última de la derecha es mi madre. El niño que aparece casi fugaz es mi hermano. La foto pertenece en realidad a una cinta Kodak de 8 milímetros sin sonido captada por el tomavistas de mi padre.

Cuando mi abuela nació, su su hermano Jaime ya no existía. El primer contacto fue una madre cuya atención y amor se repartió entre diez hijos. Al poco de que mi abuela Montserrate naciera, a su hermano Jaime le descerrajaron un tiro en la cabeza por una discusión infantil. Mi madre cuenta que mi abuela contaba que su madre salió disparada de la casa, llenó su delantal de piedras y se fue en busca del hijo del barbero, el asesino de su hijo. Acababa de superar la cuarentena de su parto.

Gracias a la posición de la familia y a los abogados, el causante del crimen fue condenado sólo a un destierro temporal en el pueblo de San Juan de Alicante. Durante muchos años supieron que aquel joven se había convertido en un hombre y que en ocasiones visitaba el pueblo a hurtadillas para ver a sus padres. Al cabo de los años, le pidieron a mis abuelos que perdonaran. Una mañana, quizá después de una noche de conversación con mi bisabuela, mi bisabuelo mandó que llamaran al barbero para que volviera a afeitarle. Y el barbero volvió cada día, como tantos años atrás.

Aún así, mi bisabuela hizo prometer a sus hijos que no permitirían que los suyos fueran abogados. Mis bisabuelos tuvieron diez hijos y más de 60 nietos y biznietos. No tenemos noticia de que ninguno de ellos sea abogado.