25 noviembre 2008

Por culpa de Yoko


El año pasado por estas fechas, dos antiguas compañeras actrices y yo empezamos a plantearnos poner en escena una obra. Yo les conté una idea basada en música de The Beatles y les gustó. Fueron participando para perfilar y de ahí saló Por culpa de Yoko. Unos meses después hicieron la propuesta a su compañía, Jácara Teatro, para producirla. La obra hizo algunas funciones previas de rodaje y se estrenó este noviembre en la Muestra de Autores Españoles, una muestra que organiza el Ministerio de Cultura en coproducción con instituciones valencianas. Jácara comienza gira en enero y estará en el Teatro Talía, uno de los teatros de la Generalitat Valenciana entre el 4 y el 14 de febrero.

Por culpa de Yoko cuenta la historia de cuatro mujeres deciden enfrentarse a todo y se encierran en la fábrica donde trabajan hasta que les paguen o las echen. En ese encierro nos descubren su visión de la vida, su pasado y sus secretos.

21 noviembre 2008

Viva Castilla La Vieja

Recibo una llamada. Me preguntan si a ese teléfono responde Francisco Sanguino. Llaman desde Valladolid. Debe de ser una multa por aparcar mal, pienso. Pero si yo nunca he estado en Valladolid... Me preguntan si soy el autor de la obra Incertidumbre. Respondo que sí. Me preguntan si me presenté al premio Fray Luis de León de Teatro, de la Junta de Castilla y León. Querrán devolverme los ejemplares, no sé si decirles que se los queden para reciclar, pienso yo. Me informan que el jurado ha fallado y mi obra ha sido la ganadora del Premio Fray Luis de León en la modalidad de teatro. Inmejorable ocasión para conocer Valladolid.

Incertidumbre cuenta la historia de un hombre frente a su última etapa en la vida, su consuelo leyendo física cuántica y su relación conflictiva con su hija, sumida en los problemas vitales y profesionales propios de su generación. La escribí hace tiempo y la guarde en la carpeta "teatro". Nunca pensé que esa obra me llevaría a Valladolid.

04 junio 2008

Lubitsch para los malos tiempos

Cuando ella se sumerge y no quiere salir, deja en su lugar una muñeca de plástico que le guarda cierto parecido, una muñeca que mira a ninguna parte, con las rodillas rayadas con boli bic y vestida de enfermera. Pero no consigue engañarme. Yo me siento al lado de la muñeca, pero la extraño a ella: no tiene su piel ni los ojos tan grandes, ni gime cuando paso mi mano por su espalda cuando amanece. La muñeca no habla, ella sí: cuando ella lo hace consigue que mi corazón crezca como sus orquídeas. He de bajar hasta las profundidades de su tristeza a suplicarle que salga. Y siempre la encuentro escondida en la habitación del desasosiego, solo iluminada por una pantalla. Siempre la encuentro recostada, agarrada a su cojín, viendo Cluny Brown. Le reconforta Lubistch. Se hace difícil conseguir que vuelva conmigo, no se puede competir con el toque Lubitsch. Reconozco que la entiendo. Y vuelvo con la muñeca y me siento a su lado y hablamos de todo, pero no entiende nada.

Cuando yo me sumerjo soy un pez en el acuario. Me gusta mover mi cola para mantenerme en el mismo lugar mientras ella, deformada por el agua, pasea de un lado a otro haciéndome el caso que se la hace a un pez. La tristeza produce sopor, así que tomo impulso y salgo de allí de un salto para caer al parqué. Muriel se acerca, me olisquea, ladra. Y ella llega hasta mí y me besa en mi boca de pez abierta con la punta de su lengua, para que me convierta en príncipe de nuevo.

Te espero.

08 abril 2008

Las alas de Pedro

Me lo cuenta por teléfono mi prima en la cocina, que es el lugar para contar los sucesos familiares más tristes. Ella se sorprende de que desde hace un tiempo su mirada sobre algunas cosas ha cambiado y que ya no piensa como amiga, hija, ni siquiera como esposa. Mi prima siente que ya ha estrenado la bata de mama grande.

No conocí mucho a Pedro. Recuerdo su alegría y los ojos tan vivos. Parece que Pedro tenía cierta afición por pisar la tierra, pero la mayor parte del día lo ocupaba volando. Como si poner los pies en el suelo le obligara a abrir las alas de par en par para no ahogarse. Me dice Montse que le encantaba volar muy bajo, que al fin y al cabo es como flotar.

Pedro decidió no pisar más la tierra el mes de enero pasado. Como decía Jimi Hendrix, supongo que ahora andará por las nubes dirigiendo mariposas y cebras y rayos de luna. Tienes mi abrazo, Inma, como lo tienen todos los tuyos.



12 marzo 2008

El sistema D'Hondt y la madre que lo parió

Ella y yo teníamos el voto decidido hace tiempo. No votamos al mismo partido, pero practicamos un respeto mutuo, eso quiere decir que nunca he pretendido la izquierdofagia que ha sufrido IU esta legislatura a manos del PSOE. Ella ha sido fiel y no ha sucumbido al ruido de los bombardeos del PP en estos cuatro años ni a las lisonjas legislativas de ZP.

A cambio, desde ayer observo una picazón que no se me va. Ella me leyó las cartas y concluyó que la picazón es síntoma de una enfermedad crónica. Ahí hay algo de vendetta, respondí. Ella casi nunca se equivoca, pero ese diagnóstico suyo de tarot gitano es uno de esos "casi". Mi picazón no es síntoma de enfermedad alguna. Es una somatización de mi conflicto de conciencia. Eso si puede llegar a ser crónico.

Si el PSOE ha engordado e IU se ha empequeñecido, a nosotros nos ha pasado al revés. Esta mañana Ella me ha mirado y ha observado que mis pantalones me quedaban más grandes. Como si hubiera pasado una gripe. Antes de despedirme, le he preguntado si su jersey de punto había encogido. La fidelidad de Ella la ha hecho un poco más grande y a mí más pequeño. No sabe que ahora mis miradas de reojo mientras duerme, camina por la casa o lee ante el ventanal que da al norte, tienen más admiración y menos curiosidad.

La noche el 9M, mientras desentrañábamos el sistema D'hondt sobre el edredón hasta agotar la mina del lápiz, yo estaba satisfecho. Y no por la derrota de la derecha. Sino por mi propia victoria: puede que IU esté perdiendo su lado derecho y que el PSOE esté acabando con su lado izquierdo, pero a cambio, a mi lado hay alguien grande, muy grande.

17 enero 2008

013 varios: informe prisión, 20 años después

El 2 de diciembre de 2006 Inma y yo volvimos a representar aquella escena que estrenamos en 1988 en el Teatro Campoamor de Oviedo, Sangre en una sábana...