12 enero 2010

El póster de Levi's


Mi padre llegaba de noche y se marchaba al día siguiente. Una vez, abrió la maleta y sacó un rollo de papel muy grande. Dijo que era un regalo para mi hermano y para mí. Dijo que nos regalaba un culo. Se lo agradecimos mucho. No nos extrañó lo más mínimo porque, en primer lugar, mi padre no se define por andarse con bromas, y en segundo lugar, porque mi padre siempre nos ha regalado cosas así. Un culo, pensamos. Desplegué el rollo de papel 70x100 y mi hermano y yo nos quedamos mirando. Efectivamente era un culo, solo que a la distancia que obligaba la medida de nuestros brazos no podíamos asegurar si era un culo de mujer o un muro pintado de melocotón.

Mi hermano y yo nos reímos. Él más que yo, porque siempre se ríe con ganas de las cosas que tienen gracia, como los chistes de Mortadelo y Filemón. A mí, las cosas que me gustan de verdad me dejan en silencio. Colgamos el póster enorme en la habitación que compartíamos. A dierencia de mis hermanas, mi hermano y yo compartimos siempre habitación. Nunca supimos por qué. Quizá porque no había más que compartir. Mirábamos el culo que colgaba gracias a unas cuantas chinchetas, emplazado justo en el centro de la habitación.

Con el tiempo descubrimos que al lado del culo había un brazo, quién se lo habría figurado. Además, en el cachete derecho alguien había dibujado el pespunte del bolsillo del tejano y había pegado la etiqueta de la marca. Yo no quería imaginar el papelón de aquella chica dejándose pintar con Rotring el pespunte y al afortunado pintor con el Rotring y el pegamento Imedio en la mano. Esa imagen me llevaba  al bisonte de Altamira y al del paquete de tabaco, a Dalí pintando sobre el pecho de Amanda Lear, a las letras tachadas de las frases en protesta de Franco de las viñetas de Forges en el Por Favor, a mis dibujos infantiles donde miles de hombres con sombrero salían de lugares ocultos para ser ametrallados sin piedad. Esa imagen me llevaba a un sinfín de sitios, pero nunca a pensar en Levi's.

Hace pocos años supimos que ese cartel es uno de los más valorados gráficamente de las campañas de Levi's por los expertos en comunicación. Vaya. No lo conservamos, ni nuestra habitación, ni la casa. Pero afortunadamente nuestro padre nos sigue regalando cosas singulares.

1 comentario:

montse dijo...

Ser diferentes es bañarse en la piscina con los Levi´s recien traidos de Canarias.
Ser diferentes es llevar camisetas y zapatillas y cinturones Levi´s y Easy cuando nadie sabe que existen y para tí solo es ropa.
Ser diferentes es ser una tropa de desastres con cara de monaguillos y pelos de Beatles.
Ser diferentes es tener un poster de Levi´s , un poster del PSOE con la rosa( ¡el PSOE DE ANTES!)y la imagen de Sagrado corazón de Jesús de tu abuelita.