13 marzo 2004

Atocha, horas antes



EL HOMBRE del traje marrón asegura que le debe la vida al paquete de Nobel. Cuando llegó al andén, se echó la mano a los bolsillos: se había dejado el paquete sobre la mesa. Así que decidió volver a subir las escaleras para cruzarse, sin saberlo, con una docena de personas que nadie verá nunca más. Hoy me he cruzado yo con el hombre del traje marrón. Estaba sentado, con la mirada amenazando la entrada, pensando que parece que han pasado años desde el 11 de marzo. Y la ceniza cae sobre el escudo de su empresa de seguridad.

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