26 septiembre 2005

Quince asaltos por una botella de leche

Jim BraddockJim Braddock era hijo de uno de esos irlandeses que habían huído de morir en la isla para tener más suerte y morir en Nueva York. Pero morirse en Manhattan no es lo peor que le puede pasar a un irlandés. Lo peor es ser boxeador y luego morirse.

Jim Braddock salió del determinismo de pobreza cuando a finales de los 20 mandó a la lona a todo el que se le pusiera delante. A pesar de la calidad de su derecha y su naturaleza de luchador, los entendidos parecieron oler a desgracia y consideraron que sólo era una promesa y, por mucho que hiciera, acabaría siendo un paquete. Las inversiones de Braddock en la bolsa y los críticos cenizos (los mismos que le dieron el apodo de cenicienta) hicieron lo que nadie había hecho: sacarlo del ring. Braddock se pasó 5 años de estibador del puerto y volvió cuando el boxeo le había bajado al infierno de los malogrados, bajó solo con el fin mirar una sola vez desde el balcónde la gloria, infundido por la valentía que les nace a los que se saben derrotados.

Es otra historia más de sueño americano con final feliz. Un Russell Crowe invadido de talento se pone el pellejo de Braddock. La rudeza del personaje es más cercana a Crowe que la locura del matemático o del navegante británico. Russell Crowe sabe calzar ese calzón muy bien y lo demuestra desde los primeros golpes.

Pero aunque no lo parezca, finalmente no es él quien levanta los brazos después del último asalto. Quien vence es Paul Giamatti (coach de Braddock), quien sabe aprovechar la poca cintura de todo gigante para conectar los golpes donde más duelen. Giamatti está espléndido para hablarnos de un personaje que se desenvuelve mejor en el capitalismo de la bancarrota: ambicioso, corajudo y aprovechado. Quien vence a los puntos es Paul Giamatti, y los que pierden son aquellos que se levantaron contra el poder en una América donde el surgimiento socialista tras el crack en su propio país era menos tolerable que los crímenes de judíos en Europa. USA siempre han tenido la necesidad de un enemigo; Jim Braddock no lo necesitaba, su enemigo era el hambre y sabía por qué peleaba: por una botella de leche.

Cinderella man (Universal Pictures, USA, 2005) Dirección: Ron Howard. Reparto: Russell Crowe, Renee Zellweger, Paul Giamatti.

No hay comentarios: